miércoles, 3 de septiembre de 2014

LEYENDA DE UNA MUJER

Cuenta la leyenda que una mujer pobre con un niño en los brazos, pasando delante de una caverna escuchó una voz misteriosa que allá adentro le decía: -”Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal. Pero recuerda algo: después que salgas, la puerta se cerrará para siempre. Por lo tanto, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo principal…” 

La mujer entró en la caverna y encontró muchas riquezas. Fascinada por el oro y por las joyas, puso al niño en el piso y empezó a juntar, ansiosa-mente, todo lo que podía en su delantal. La voz misteriosa habló nuevamente. -“Tienes solo ocho minutos…” 

Agotados los ocho minutos, la mujer cargada de oro y piedras preciosas, corrió hacia fuera de la caverna y la puerta se cerró…..Recordó, entonces, que el niño quedó adentro y la puerta estaba cerrada para siempre. La riqueza duró poco y la desesperación… ¡para el resto de su vida!. 

Lo mismo ocurre, a veces, con nosotros. Tenemos unos 80 años para vivir en este mundo y una voz siempre nos advierte: “Y No te olvides de lo principal!” 
Y lo principal son los valores espirituales, la oración, la vigilancia, la familia, los amigos, la vida. Pero la ganancia, la riqueza, los placeres materiales nos fascinan tanto que lo principal siempre se queda a un lado…. 

Así agotamos nuestro tiempo aquí, y dejamos a un lado lo esencial ” Los tesoros del alma!”. Que jamás nos olvidemos que la vida en este mundo, pasa rápido y que la muerte llega inesperadamente. 
Y que cuando la puerta de esta vida se cierra para nosotros, de nada valdrán las lamentaciones. 

            Ahora….piensa por un momento que es lo principal en tu vida…


   “Que cosa extraña es el hombre: Nacer no pide, Vivir no sabe, Morir no quiere"

martes, 2 de septiembre de 2014

LA AMISTAD Y LOS RECUERDOS

Dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron.
El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena:
“Hoy mi mejor amigo me pegó una bofetada en el rostro”.
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra:
“Hoy mi mejor amigo me salvó la vida”.
Intrigado, el amigo preguntó:
-¿Por qué, después que te lastimé, escribiste en la arena, y ahora escribes en una piedra?
Sonriendo, el otro amigo respondió:

-Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y a pagarlo; por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo.